En el abismo

Atlanta-Gimnasia y Esgrima de Jujuy

LA SINTESIS:

Estadio: Don León Kolbovsky

Horario: 15.30 horas

Fecha: 20 de abril de 2012

Publico: 5.200 personas aproximadamente.

Atlanta: Fernando Pellegrino; Martìn Quilez, Guido Milán, Nicolás Cherro; Lucas Mancinelli, Fernando Lorefice, Gabriel López, Brian Resich; Gabriel Sanabria; Andres Soriano y Abel Soriano . DT: Carlos Roldán.

Suplentes: Rodrigo Llinás, Juan Pablo Segovia, Maximiliano Pogonza, Leandro Guzmán, Nicolás Pasquini, Nicolás Ramirez y Diego Bielkiewicz.

Cambios: 40 min. Nicolás Ramirez por Andrès Soriano, 66 min. Diego Bielkiewicz por Abel Soriano y 82 min. Leandro Guzmán por Lucas Mancinelli.

Gimnasia y Esgrima de Jujuy: Maximiliano Cavallloti; Ignacio Sanabria, Sebastián Diaz, Javier Paez, Diego Chitzoff; Matias Garrido, Maximiliano Rodriguez, Daniel Ramasco, Leonardo Ferreyra; Juan Arraya y Enrique Trivero. DT: Mario Gomez.

Suplentes: Facundo Mus, Victor Soto, Diego Lopes, Facundo Galarza, Diego Magno, Jorge Luna, Nicolas Martinez.

Cambios: 53 min Jorge Luna por Enrique Trivero y 77 min. Facundo Galarza por Leonardo Ferreyra.

Arbitro: Pablo Diaz.

Líneas: Adrián Fonzo y Sebastián Palacios.

Goles: No hubo.

Amonestados:  26 min. Nicolás Cherro (Atl) y 65 min. Leonardo Ferreyra (Gim)

Incidencias:

La Figura: Maximiliano Cavalloti (Gim)

Comentario:

Dicen que el derby español paraliza al mundo. Bueno, no. En el Don León Kolbovsky Atlanta recibió a Gimnasia y Esgrima de Jujuy para jugar una nueva fecha de la B Nacional. Bueno, lo intentaron.

Carlos Roldán quiso aprovechar el envión de la victoria ante River y el buen partido, aunque derrota, que El Bohemio hizo ante Instituto. De ahí la formación con tres defensores y un enlace. En el banco de al lado, Mario Gómez solo procuró mantener el cero en el arco del Lobo Jujeño. Con esta previa, el partido fue previsible.

Escasamente se vio el balón lejos del círculo central en el primer tiempo. Aburrido. La primera situación que le dio vida a la tarde fue un off side de Andrés Soriano a los ocho minutos. Promediando la primera etapa Gimnasia pareció despertar. En dos minutos alarmó a la defensa bohemia, primero con una media vuelta de Juan Viscarra que se fue muy cerca del primer poste defendido por Pellegrino. Luego, la mejor jugada colectiva del partido: una doble pared entre Trivero y Garrido que terminó en un remate débil muy fácil para el uno de Atlanta.

Al finalizar el primer tiempo los dos intentaron un poco más y demostraron querer ganarlo. Un poco. A diez minutos de culminar, un centro derivado de un tiro libre que dio en la barrera y que nadie fue a buscar, terminó en una insólita pseudo chilena de Martín Quiles. Una gran estirada de Cavalloti impidió el gol. Y a cinco del pitido un remate de Arraya pareció dar en la mano de quien hacia momentos era acróbata en el área rival. Díaz no vio penal y se fueron a los vestuarios.

La segunda mitad fue un calco. Atlanta manejo la pelota, sin desesperarse tocaban y tocaban. Particularmente manejaron los hilos Lorefice, López y Sanabria, pero lo que le dio un cambio de ritmo al equipo fue el ingreso de Nicolás Ramirez por Anrés Soriano, lesionado en el primer tiempo. 

Entre él y el uno de Gimnasia se definió el partido. Particularmente en una jugada. A los veinte minutos del segundo tiempo una patada criminal de Leonardo Ferreyra le dio un tiro libre cerca del área al Bohemio. Aproximadamente 26 metros. El ejecutante, sí, Nicolás Ramírez. Detrás de la barrera, Maximiliano Cavalloti. El número diecisiete de Roldán acomodo el balón con la mano y luego la acaricio exquisitamente con su pierna derecha. Rosca perfecta, barrera superada y pelota en el ángulo. Todos gritaron gol. Pero no. El uno jujeño se colgó el cartel de figura del partido volando de manera espectacular y descolgando, literalmente, la pelota del vértice superior derecho del arco. En Villa Crespo nadie lo pudo creer.

Nada más pasó hasta que Pablo Díaz dio tres minutos de tiempo agregado. Tres minutos que sirvieron para ver un gran desborde de Quilez que le dio un pase en la cabeza al solitario Abel Soriano que, en el borde del área chica, cabeceó en dirección al centro proveniente. Como dicen los libros. Lástima que el cabezazo también pareció ser con un libro y termino yéndose lejos de la valla del arquero de Gimnasia. Fue un 0-0 recordable solamente porque, en el mismo horario, el Real Madrid le ganó el clásico al Barcelona. 

Reportó: Maximiliano Rofrano